31 enero 2006

Las almendras amargas son tóxicas y letales


A todos nos ha pasado alguna vez:


Estamos comiendo almendras felizmente y de pronto hemos encontrado una con un sabor especialmente amargo y hemos escupido al instante si la situación lo permitía. En caso de restaurantes y lugares similares, donde dicha acción era comprometida de realizar, seguro alguien habrá echado disimuladamente lo que quedase de almendra en una servilleta lo más escondida posible. Y bien hecho, no sólo el sabor es insoportable sino que la ingesta de ésta es increíblemente tóxica. Bastan 20 almendras de este tipo para matar un adulto y sólo 10 para un niño.

Normalmente, las almendras que solemos comer, de sabor agradable, proceden del Prunus Dulcis (Almendro Dulce) y es la variedad que se cultiva extensamente. Sin embargo, hay otra variedad, de carácter silvestre que es el llamado Prunus Amara que es el que produce la almendra amarga. Suele pasar (propia experiencia de ser hija de agricultores) que cuando se cultivan almendros dulces siempre surge alguno que sale, lo que se llama en el argot de los agricultores "borde", que es el que da las almendras amargas. Esto es debido a que cuando se plantó el almendro, la semilla que se utilizo no era dulce, sino amara. En ocasiones puntuales, cuando compras semillas en grandes cantidades, alguna de vez en cuando se cuela como dulce siendo amarga. Por esa razón, a veces llega a nuestra mesa alguna almendra que no es de nuestro agrado,

El almendro de ambas variedades (Dulcis y Amara) están relacionados entre otros árboles con el Albaricoquero. Con la particularidad de que lo que nosotros ingerimos son las semillas del fruto en la almendra y la capa externa del fruto en el albaricoque.

Ambos frutos, albaricoque y almendra amarga, poseen una sustancia llamada amigdalina. Cuando nosotros ingerimos la almendra de dicho sabor desagradable y la mezclamos con la saliva (agua) obtenemos glucosa (hidrato de carbono), benzaldehido (es el que aporta el sabor amargo) y ácido cianhídrico (HCN). El HCN, que al formar sales se produce el archiconocido cianuro que es uno de los venenos más potentes que existen.





Con una dosis relativamente baja se producen nauseas, trastornos respiratorios e hipotermia. Con la dosis suficiente (20 almendras en adulto) se produce una asfixia repentina y letal.

Aunque el albaricoque, cereza, ciruela y melocotones (entre otros) poseen esta sustancia, como la semilla es el hueso y nadie la ingiere, no hay peligro de intoxicación, que es lo que no sucede con la almendra.

Cabe mencionar que las almendras dulces inmaduras también poseen cierto grado de amigdalina, pero es un cantidad mucho menor que las almendras amargas. Aún así, es recomendable no ingerirlas sin estar maduras.

Desde luego, debemos agradecer al benzaldehido su sabor repelente, sino fuera así gran cantidad de personas morirían por la ingesta de almendras si el sabor no les alertara.

La amigdalina se utilizó durante un breve tiempo en el tratamiento del cáncer (con el nombre de Laetrile), pero debido a que produjo bastantes muertes, tardó poco en ilegalizarse en Estados Unidos y actualmente sólo circula por el mercado negro o en países en los que aún sea legal este "medicamento".

Seguro que la próxima vez que encuentre una almendra amarga será menos meticuloso en librarse de ella.